Un hombre con un violin tocó seis piezas de Bach
por acerca de 45 minutos. Durante ese tiempo, aproximadamente dos mil
perdonas pasaron por la estación. La mayoría de camino a sus trabajos.
Después de 3 minutos, un hombre de mediana edad se
dio cuenta que había un músico tocando. Ralentizó su paso y se detuvo
algunos segundos, luego miró apresuradamente su agenda.
4 minutos después:
El violinista recibe su primer dólar. Una mujer lanzó una moneda en el sombrero, y sin detenerse continuó su camino.
6 minutos:
Un joven se recostó sobre la pared a escucharlo, luego miró su reloj y comenzó a caminar nuevamente.
10 minutos:
Un niño de 3 años se detuvo, pero su madre lo
tironeó apurada. El chico se detuvo nuevamente a mirar al violinista
pero su madre lo empujo enérgicamente para seguir el camino. Esta escena
se repitió con muchos otros chicos. Cada padre, sin excepción, forzó a
su hijo a moverse rápidamente.
45 minutos:
El músico toca continuamente. Solo seis personas se
detuvieron a escucharlo por un momento. Cerca de 20 dejaron monedas
pero continuaron caminando a su paso normal. El Violinista recolectó un
total de 32 dólares.
1 hora:
El terminó de tocar y el silencio reinó en el lugar. Nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió. No hubo ningún reconocimiento.
Nadie supo esto, pero el violinista era Joshua
Bell, uno de los más grandes músicos del mundo. Tocó una de las mas
intrincadas piezas jamás escritas, con un violín valuado en 3.5 millones
de dólares.
Dos días antes, Joshua Bell llenó un teatro en Boston, donde un asiento costaba alrededor de 100 dólares.
Joshua Bell tocando de incognito en la estación de
metro estuvo organizado por el Washington Post como parte de un
experimento social acerca de la percepción, el gusto y las prioridades
de la gente.
La pregunta planteada: en un entorno común a una
inapropiada hora, ¿percibimos la belleza?, ¿nos detenemos a apreciarla?,
¿reconocemos el talento en un contexto inesperado?.
Una posible conclusión podría ser la siguiente:
Si no tenemos un momento para detenernos a escuchar
uno de los mejores músicos del mundo, tocando una de las mejores piezas
musicales jamás escritas, con uno de los más bellos instrumentos jamás
hechos…
… ¿Cuantas otras cosas nos estamos perdiendo?
Fuente: Washington Post. Traducción: http://www.pelayo.com.ar
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